Princesa de cristal,
frágil y luminosa,
caiste de tu pedestal
y nos dejaste sumidos en la oscuridad
Qué te hizo caer?
Quién te empujó hasta hacerte tambalear y chocar contra el suelo?
No tengo respuesta para ninguna de esas preguntas,
tampoco consuelo.
Quedaste destrozada,
rota en miles de fragmentos que fuimos incapaces de reparar
Te llevaste nuestros corazones
que estallaron con tu ausencia comenzando a sangrar
Desde entonces vamos ciegos,
no tenemos luz que nos guie,
las tinieblas nos envuelven
el dolor es lo que nos mueve.
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