Los lobos no suelen ser solitarios, se mueven en manadas, unicamente se quedan en soledad cuando su muerte es inmimente y por lo hacen siempre por el bien de la manada. Pero este lobo era distinto, no estaba enfermo ni su muerte le acechaba, vagaba por el mundo sin rumbo fijo corriendo, disfrutando de su libertad, golpeando el suelo con sus enormes zarpas, virando su rumbo, sintiendose único, sabiendose único...
En una de sus galopadas a lo largo del mundo, encontró un rastro extraño, era un olor que le embriagaba los sentidos y se decidió a seguirlo. Corrió durante dias con sus respectivas noches, sin descanso, apenas si paraba a beber algo para refrescarse antes de seguir su enfebrecida carrera a través de desiertos y bosques hasta llegar a una cabaña donde encontró a una hermosa mujer de níveos cabellos, profundos ojos azules quizás demasiado claros, carnosos y rojizos labios y tez blanquecina como la cal. Su cuerpo era esbelto pero el lobo no podía distinguir su verdadera forma pues estaba cubierta de pies a cabeza con una capa de tono escarlata. El lobo se detuvo a escasos metros de ella, prácticamente derrapando sobre el suelo, y ella inclinó el rostro a un lado para mirarle sin miedo alguno en sus cristalinos ojos.
¿Te has perdido?-le preguntó agachandose con delicadeza y alargando los brazos hacia la cabeza del lobo para tocarle. El lobo agachó las orejas, dejando que la bella dama le acariciara dándose cuenta al instante que ésta era ciega y que por tanto, la única forma que tenía de "ver" era tocándole.
El lobo queria decirle que no, que lo habia estado pero que ya no lo estaba, que su libertad habia pasado a quedar relegada a un segundo plano en el mismo instante en que percibió su olor a miles de kilometros de alli, sin emabrgo no podía hablar así que aulló lastimeramente y restregó su frio hocico contra el cuello de la dama, ésta comprendió el mensaje que le habia expresado el animal, aún sin palabras y rodeó su cuello, hundiendo el rostor en su pelaje, aspirando su olor.
No se sabe cuanto tiempo estuvieron así, ella abrazandole, él lamiendo su garganta, pero debió ser bastante pues sus corazones comenzaron a latir al unísono y cuando al fin el frío venció a la dama, ésta se incorporó y puso su nívea mano sobre el oscuro pelaje de la cabeza del lobo.
Ven, entremos-el lobo la guió hacia el interior de su cabaña
Desde entonces siguen juntos, ella es su voz, su refugio y su perdición y él sus ojos, su guardián y su protector...
En una de sus galopadas a lo largo del mundo, encontró un rastro extraño, era un olor que le embriagaba los sentidos y se decidió a seguirlo. Corrió durante dias con sus respectivas noches, sin descanso, apenas si paraba a beber algo para refrescarse antes de seguir su enfebrecida carrera a través de desiertos y bosques hasta llegar a una cabaña donde encontró a una hermosa mujer de níveos cabellos, profundos ojos azules quizás demasiado claros, carnosos y rojizos labios y tez blanquecina como la cal. Su cuerpo era esbelto pero el lobo no podía distinguir su verdadera forma pues estaba cubierta de pies a cabeza con una capa de tono escarlata. El lobo se detuvo a escasos metros de ella, prácticamente derrapando sobre el suelo, y ella inclinó el rostro a un lado para mirarle sin miedo alguno en sus cristalinos ojos.
¿Te has perdido?-le preguntó agachandose con delicadeza y alargando los brazos hacia la cabeza del lobo para tocarle. El lobo agachó las orejas, dejando que la bella dama le acariciara dándose cuenta al instante que ésta era ciega y que por tanto, la única forma que tenía de "ver" era tocándole.
El lobo queria decirle que no, que lo habia estado pero que ya no lo estaba, que su libertad habia pasado a quedar relegada a un segundo plano en el mismo instante en que percibió su olor a miles de kilometros de alli, sin emabrgo no podía hablar así que aulló lastimeramente y restregó su frio hocico contra el cuello de la dama, ésta comprendió el mensaje que le habia expresado el animal, aún sin palabras y rodeó su cuello, hundiendo el rostor en su pelaje, aspirando su olor.
No se sabe cuanto tiempo estuvieron así, ella abrazandole, él lamiendo su garganta, pero debió ser bastante pues sus corazones comenzaron a latir al unísono y cuando al fin el frío venció a la dama, ésta se incorporó y puso su nívea mano sobre el oscuro pelaje de la cabeza del lobo.
Ven, entremos-el lobo la guió hacia el interior de su cabaña
Desde entonces siguen juntos, ella es su voz, su refugio y su perdición y él sus ojos, su guardián y su protector...
3 habitantes han dejado su opinión:
El lobo y la dama.
Me recuerda a David y a mí cuando nos conocimos. Esa misma imagen la usamos también me acuerdo.
Pero dejando de lado todo eso, me gustó el escrito.
A mi no me termina de convencer, el principio es como te he dicho antes, tenia motivacion para escribir pero después.... pffff.... se fué y así quedó, aún así me alegra que te guste, con faltas de ortografía por mi parte incluidas XD
Pues no vi las faltas, y eso que tengo la manía de verlas y decir esto está mal y tal...pero no lo hago en plan soy la mejor, si no es una manía que cogí de pequeña.
Y la verdad, tal y como está es perfecto.
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