Qué le has hecho?-preguntó entrando en la habitación con una expresión extraña en el rostro, una mezcla de diversión y cabreo a partes iguales.
Ella le miró desde la cama donde estaba postrada sin entender-A quien?
Al enfermero-contestó él sentandose en el sillón que había en la cabecera de la cama.
No he hecho nada-contestó ella apoyándose en los codos para incorporarse un poco, pues la postura en la que se encontraba no era la más cómoda para ese momento.
Venga ya!-exclamó él haciendo que la ocupante de la otra cama se girara a mirarles con curiosidad. Él se levantó y corrió la fina cortina que separaba ambas camas aunque no sirviera de mucho puesto que aunque impedía la vista el sonido se seguía escuchando igual. Volvió a sentarse en el sillón, inclinándose hacia delante apoyando los codos en sus rodillas-Si no le has hecho nada por que ha salido empalmado de esta habitación?-le preguntó él en un susurro para que la vecina cotilla no se enterara.
El rostro de ella adquirió un color carmesí mientras arqueaba una ceja-estás exagerando, seguro que serían los viales o algo que llevara en los bolsillos-razonó ella mirándole con tranquilidad e inocencia en la mirada-Te estás dejando llevar por la imaginación, si apenas si hemos intercambiado unas palabras, me ha extraido algo de sangre y se ha marchado sin decir nada.
Y tu que has hecho?-preguntó él sin terminar de creerla.
Tu que crees?-le preguntó ella ya algo enojada-piensas que se la he chupado o algo así? Puedes irte a la mierda si piensas eso, que voy a hacer? Sabes que no me importa que me extraigan sangre pero prefiero no ver como se me clava la aguja en la piel, he mirado por la ventana mientras me clavaba la aguja, nada más.
El tono de voz de ella era sincero y él la creyó y así quedaron las cosas. Ella seguía pensando que él habia visto algo que en realidad no habia visto y él seguía pensando que algo había pasado mientras él estaba fuera por el reconocimiento y que habia hecho que sus alarmas se activaran.
Dos días después, mientras ella recogía las cosas de la habitación en la que se habia pasado las ultimas 72 horas entró un médico con el susodicho enfermero detrás. Ella le miró fijamente a los ojos y él apartó la mirada. El doctor le dió unos papeles, justificando así su estancia en aquella habitación y se fue. El enfermero comenzó a rezongar por alli, controlando el gotero a la otra paciente y hablando con ella mientras la muchacha terminaba de meter sus cosas en su mochila. Cuando ya estaba a punto de coger el ascensor para bajar y salir de alli, el enfermero la alcanzó-Siento lo del otro día.
Ella se le quedó mirando con el ceño fruncido sin saber a que se refería, aunque lo más seguro es que se hubiera enterado de la conversación y se refiriera a eso-No pasa nada-contestó tranquila volviendo a mirar las puertas del ascensor, esperando que se abrieran de un momento a otro.
Tu novio tenia razón-admitió él haciendo que ella girara el rostro para mirarle sorprendida sin decir nada. Al ver que no decia nada, el enfermero trató de explicarse-Es tu cuello, mirabas para otro lado para no ver como la aguja se clavaba en tu piel y no pude evitar fijarme, lo tenías estirado, con el pelo recogido y completamente al descubierto... me entraron unas ganas tremendas de darte un muerdo y pensando en ello pasó lo que pasó-confesó él mientras la cara de ella debia ser todo un poema-Si algún dia quieres, éste es mi numero-le deslizó un papel doblado en el bolsillo de la chaqueta-cuídate-dijo justo en el momento en el que las puertas del ascensor se abrian, dándose la vuelta y yendose.
Sin decir nada ella entró en el ascensor para salir de elli cuanto antes, en cuanto estuvo fuera cogió el papel y sin tan siquiera mirarlo lo tiró a la basura, tenía otras cosas en las que pensar en ese momento...
Ella le miró desde la cama donde estaba postrada sin entender-A quien?
Al enfermero-contestó él sentandose en el sillón que había en la cabecera de la cama.
No he hecho nada-contestó ella apoyándose en los codos para incorporarse un poco, pues la postura en la que se encontraba no era la más cómoda para ese momento.
Venga ya!-exclamó él haciendo que la ocupante de la otra cama se girara a mirarles con curiosidad. Él se levantó y corrió la fina cortina que separaba ambas camas aunque no sirviera de mucho puesto que aunque impedía la vista el sonido se seguía escuchando igual. Volvió a sentarse en el sillón, inclinándose hacia delante apoyando los codos en sus rodillas-Si no le has hecho nada por que ha salido empalmado de esta habitación?-le preguntó él en un susurro para que la vecina cotilla no se enterara.
El rostro de ella adquirió un color carmesí mientras arqueaba una ceja-estás exagerando, seguro que serían los viales o algo que llevara en los bolsillos-razonó ella mirándole con tranquilidad e inocencia en la mirada-Te estás dejando llevar por la imaginación, si apenas si hemos intercambiado unas palabras, me ha extraido algo de sangre y se ha marchado sin decir nada.
Y tu que has hecho?-preguntó él sin terminar de creerla.
Tu que crees?-le preguntó ella ya algo enojada-piensas que se la he chupado o algo así? Puedes irte a la mierda si piensas eso, que voy a hacer? Sabes que no me importa que me extraigan sangre pero prefiero no ver como se me clava la aguja en la piel, he mirado por la ventana mientras me clavaba la aguja, nada más.
El tono de voz de ella era sincero y él la creyó y así quedaron las cosas. Ella seguía pensando que él habia visto algo que en realidad no habia visto y él seguía pensando que algo había pasado mientras él estaba fuera por el reconocimiento y que habia hecho que sus alarmas se activaran.
Dos días después, mientras ella recogía las cosas de la habitación en la que se habia pasado las ultimas 72 horas entró un médico con el susodicho enfermero detrás. Ella le miró fijamente a los ojos y él apartó la mirada. El doctor le dió unos papeles, justificando así su estancia en aquella habitación y se fue. El enfermero comenzó a rezongar por alli, controlando el gotero a la otra paciente y hablando con ella mientras la muchacha terminaba de meter sus cosas en su mochila. Cuando ya estaba a punto de coger el ascensor para bajar y salir de alli, el enfermero la alcanzó-Siento lo del otro día.
Ella se le quedó mirando con el ceño fruncido sin saber a que se refería, aunque lo más seguro es que se hubiera enterado de la conversación y se refiriera a eso-No pasa nada-contestó tranquila volviendo a mirar las puertas del ascensor, esperando que se abrieran de un momento a otro.
Tu novio tenia razón-admitió él haciendo que ella girara el rostro para mirarle sorprendida sin decir nada. Al ver que no decia nada, el enfermero trató de explicarse-Es tu cuello, mirabas para otro lado para no ver como la aguja se clavaba en tu piel y no pude evitar fijarme, lo tenías estirado, con el pelo recogido y completamente al descubierto... me entraron unas ganas tremendas de darte un muerdo y pensando en ello pasó lo que pasó-confesó él mientras la cara de ella debia ser todo un poema-Si algún dia quieres, éste es mi numero-le deslizó un papel doblado en el bolsillo de la chaqueta-cuídate-dijo justo en el momento en el que las puertas del ascensor se abrian, dándose la vuelta y yendose.
Sin decir nada ella entró en el ascensor para salir de elli cuanto antes, en cuanto estuvo fuera cogió el papel y sin tan siquiera mirarlo lo tiró a la basura, tenía otras cosas en las que pensar en ese momento...
3 habitantes han dejado su opinión:
sucio bastardo hijo de puta cabrón de mierda me cago en su raza pena de cámaras de gas...
¿Te digo algo o mejor no te digo nada? Ya sabes lo que pienso de eso y del otro tema del que hablamos. Igualmente te quiero enana
querido, relaja, ya sabes que ocurre con mi cuello. :)
No digas na, que todo ya se dijo, te quiero.
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