La luz
se refleja en los cristales. Me ciega, pero aun así sigo girando la cara para
que los rayos del sol me den de lleno. Cierro los ojos y respiro profundamente.
Es una sensación agradable.
He regresado.
Mi tiempo allí ha pasado como un suspiro. Algunas cosas han cambiado, otras no.
Mi mente,
mis pensamientos, siguen siendo caóticos pero he aprendido a valorarlos.
La gente
me sigue sorprendiendo aunque ya no me lo tomo de la misma forma. Dependiendo de
quién me sorprenda me resulta agradable o indiferente, incluso a veces me hacen
reír.
Sigo escribiendo
para mí. Solo existen dos personas, aparte de mí, capaces de entender con
claridad lo que digo en cada escrito. El resto sólo pueden interpretarlo y,
seguramente, lo interpretarán mal.
Lo ocurrido
estos dos años se queda en un cajón. Ahora toca una nueva etapa. Es hora de volver.
0 habitantes han dejado su opinión:
Publicar un comentario