jueves, 4 de noviembre de 2010

Relatos cortos volumen 2: Algo inesperado

Yacia tumbada de costado sobre una fina manta que cubría el húmedo cesped primaveral, los ultimos rayos de sol se filtraban bajo mis párpados entreabiertos mientras le observaba tumbado bocarriba a mi lado. Nos habiamos pasado toda la tarde riéndonos a carcajadas, haciendo chistes y contandonos historias como era normal entre nosotros, ahora estabamos relajandonos un poco antes de recoger las cosas para irnos cada uno a nuestra casa. Debió sentirse observado puesto que en un momento dado giró la cabeza y abrió los ojos mirándome con ese brillo burlón que le caracterizaba, alzó una mano y con el dedo índice me dió un ligero golpecito en la punta de la nariz.

Que pasa enana? no puedes quitarme los ojos de encima o que?-preguntó con ese tono vacilón suyo mientras sonreía de oreja a oreja.

Oh dios! Me has pillado!-exclamé burlona incorporándome un poquito y mordiendole la mejilla-Es que estás más bueno que un donut de chocolate, no te fastidia-reí tomándole el pelo.

Si, si claaaaro-contestó girandose y comenzando a hacerme cosquillas por lo que empecé a retorcerme mientras me reía a carcajadas-Si ya sé que estás loquita por mis huesos-dijo mientras se reía conmigo.

Igual que tu por los mios-contesté mordaz entre risas sabiendo que todo era una broma.

Era mi mejor amigo, la persona con la que podia tirarme horas sin hacer nada más que reirnos de todo y de nada, con el que podia ser solo yo sin preocuparme de si lo que decia tenia o no sentido porque dijeramos lo que dijeramos acababamos partiendonos de risa. De pronto y sin venir a cuento se inclinó hacia mi y posó sus labios sobre los mios, me quedé muda, dejé de reirme al instante y le miré con cara de sorpresa. Él me miró y sin perder la sonrisa me mordió la punta de la nariz.

Qué pasa? Te ha comido la lengua un gato?-preguntó como si no acabara de pasar nada, tan vacilón como siempre.

Acabas... acabas de besarme?-pregunté sintiendome al instante estúpida por lo que le habia preguntado. Pues claro que me había besado, menuda pregunta más tonta le habia hecho.

No, si te parece te ha pasado un tractor por encima-dijó rodando los ojos.

Sentí que me ruborizaba y me incorporé hasta quedar sentada de espaldas a él. Cerré los ojos e inspiré profundamente sintiendo como rodeaba mi cintura con sus brazos y me hacía recostarme contra su pecho.

Estas bien?-me preguntó y noté en su voz una nota de preocupación al ver que no había dicho nada.

Asentí con la cabeza sin abrir los ojos, me daba vueltas la cabeza mientras mil preguntas se pasaban por mi mente.

Por que lo has hecho?-le pregunte entreabriendo los ojos y ladeando la cabeza para poder mirarle de soslayo.

Pues porque me gustas-contestó con una simplicidad que me desarmó.

Yo? Cuando? Como? Por que?-no podia pensar con claridad y las preguntas se formaban en mis labios como un torrente de agua.

Él se echó a reir y depositó un beso en mi cuello que me hizo estremecer.

No le des vueltas vale? simplemente me gustas y punto, no hay mayor explicación-me miró y volvió a reirse al ver mi expresión-A ver tontita, me caes genial, me lo paso muy bien contigo, eres mi mejor amiga y tienes un cuerpo de cine, a quien no le gustarias?-preguntó entornando los ojos, mirandome de tal forma que no sabía ni me estaba vacilando o me lo decia de verdad.

Pues a muchos tios-repuse mirandole.

Bueno pues a mi si me gustas-dijo dándome un beso en la mejilla y levantandose-Bueno que?, nos vamos o piensas quedarte ahí hasta que te congeles?-preguntó sonriente dando por zanjado el asunto.

No me habia dado cuenta de que habia empezado a temblar de frío hasta que el dijo lo de la congelación. Me levanté de un salto y me puse a recoger las cosas procurando dejar de darle vueltas al asunto. Una vez recogido todo nos pusimos en marcha de vuelta cada uno a su casa, él me pasó el brazo por encima de los hombros de forma totalmente natural mientras caminabamos y llegué a la conclusión de que lo mejor era dejar el asunto y no darle mayor importancia, por lo que pasándole el brazo entorno a la cintura, nos sumergimos en la oscuridad de esa noche de primavera.

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