sábado, 16 de julio de 2016

Adiós

Hay momentos en la vida en la que tienes que cerrar etapas, gente que te ha acompañado en esta carrera a la que tienes que decir adiós. No voy a negar que duele hacerlo pero no queda otra. Son personas que te han enseñado cosas para bien o para mal, que a su manera te han enseñado y ayudado a crecer y a creer pero que ya no te aportan nada. A todas esas personas: Adiós que os vaya bien, pero lejos de mi.

viernes, 24 de junio de 2016

Volver con un ex

-He vuelto con Ricky.
Con estas cuatro palabras me sorprendió el otro día mi amiga Lulu.
A ver, no es que no me lo esperara porque todos tenemos un ex que es nuestra debilidad pero la creía más inteligente sobretodo cuando no es la primera vez que pasa.
Luisa, o Lulu para los amigos, es una chica preciosa, chiquitina porque no mide más de 1'60, morena de ojos chocolate, carita de porcelana y cuerpo de escándalo. Podría tener perfectamente a cualquier tío que se le pusiera delante pero no, ella sigue colgadisima de Ricardo, un tío de esos con mas cuerpo que cerebro que piensa que cualquiera que pose los ojos sobre él quiera tirárselo. A ver, que pra un polvo no está mal pero no busques más porque no lo encontrarás.
El caso es que ha vuelto con él y la verdad es que me sentí fatal por ella porque sé que la va a volver a engañar y dentro de un mes o dos estará hecha polvo y con más cuernos que el padre de bambi.
Así que aquí va mi consejo: No vuelvas jamás con un ex, lo que pasó una vez tiene un 99% de posibilidades de volver a pasar.
Qué cómo lo sé? Pues porque a mi también me ha pasado.
Hay ex que pueden ser amigos después de todo, como Salva, Alain o Sylvia y ex que es mejor dejar en el pasado como David o Paulina.
En cualquiera de los casos lo mejor es dejar la relación que os unió atrás y no volver a intentarlo. En el primer caso porque puede joder la amistad que os unía y en el segundo porque terminarás volviéndolo a pasar mal.
El caso de Lulu es el segundo aunque ya que se ha metido de lleno en otra relación con él espero estar equivocada y que sea de esas extrañas relaciones que salen bien, ese 1% de volver con un ex...

viernes, 10 de junio de 2016

Has dejado de escribir

Has dejado de escribir!!!
No, en realidad no he dejado de escribir más que nada porque tengo pendiente terminar un relato pero si es cierto que aún no lo he terminado.
He estado ocupándome de otros proyectos entre ellos hacer algún que otro viajecito pero sigo escribiendo.
Volveré a publicar cosas, lo prometo, no he desaparecido pero ando liada.
Sólo pido que, a los que me leéis, tengáis paciencia.

lunes, 21 de marzo de 2016

La primera de muchas noches

Abre los ojos asustada. La oscuridad la envuelve.

Con una mano se tapa la boca procurando no gritar, mordiéndose con fuerza. Está empapada en sudor a pesar del frío del invierno.

Tantea con la otra mano hasta localizar el pequeño interruptor de la lámpara que tiene sobre la mesilla de noche. Lo pulsa y tras cerrar los ojos un instante, habituándose a la luz, vuelve a abrirlos.

Se sienta en la cama procurando serenarse. Le sangra ligeramente la mano pero ahora mismo no se da cuenta de nada, sólo inspira y expira lentamente hasta que su respiración vuelve a ser normal. Cuando consigue calmarse se levanta, un escalofrío recorre su espalda.

Sale de su habitación y se dirige a tientas hasta la cocina donde ya si, enciende la luz. De la nevera saca una botella de agua, se apoya en la encimera y con los ojos ligeramente cerrados da un largo trago. Tenía la boca seca.

Mira a su alrededor hasta localizar el paquete de tabaco y un mechero. Le tiemblan las manos mientras se acerca el cigarro a los labios y le prende fuego. Aspira lentamente, saboreando cada minúscula partícula de aire contaminado con nicotina que entra en sus pulmones. Cada cigarro le quita minutos de vida pero, ¿qué más da?

-¿Qué haces aquí?-la voz la sobresalta. Observa a su interlocutor. Despeinado, con ojos de sueño, los pantalones caídos y la camiseta arrugada. Una de sus manos restriega un ojo, el otro la observa.

Ella no contesta, simplemente le mira y se encoge de hombros expulsando lentamente el humo por sus labios entreabiertos. Él le quita el cigarro de entre los dedos, dejándolo en el cenicero. Toma su mano herida y la examina frunciendo el ceño. 

Es consciente que ella no quiere hablar, nunca lo hace, se guarda las cosas para sí misma aunque él sabe lo que le ocurre. Toma un paño, lo humedece bajo el grifo y con delicadeza limpia los restos de sangre de su mano. Ella se deja hacer, sabe que discutir con él es imposible, sobre todo a esas horas de la madrugada.

-No puedes seguir así-murmura entre dientes-Tienes que dormir

-Lo sé, pero no puedo-un suspiro acompaña a su confesión. Aparta la mano, procurando no parecer brusca. Vuelve a llevarse la botella de agua a los labios. Se siente observada, estudiada, diseccionada. No es fácil tener secretos para alguien que te conoce desde hace años.

-Duerme conmigo-Esas palabras hacen que se atragante. Deja la botella mientras un ataque de tos la hace doblarse en dos. Cuando consigue volver a respirar con normalidad se incorpora y le mira. Él no se ha movido ni un ápice. No hay nada en su expresión que haga pensar que no está hablando totalmente en serio.

-¿Qué?-la pregunta no tiene sentido, le ha escuchado perfectamente-¿Por qué?

-Porque no puedes dormir-sonríe, pero ella se revuelve inquieta.-Tranquila, sólo dije dormir.

-Eso ya lo sé-quizás está demasiado a la defensiva, pero no se esperaba esa propuesta. Una cosa era antes y otra ahora. Busca su cigarro olvidado en el cenicero y ya consumido. Él espera una respuesta cruzado de brazos, con paciencia, como si tuviera todo el tiempo del mundo, como si no fueran las tres de la madrugada y no tuviera que levantarse en unas horas para irse a trabajar.-Está bien-cede a sabiendas que si no lo hace él tampoco dormirá.

Ambos sale de la cocina, él delante guiándola, ella detrás tras apagar la luz. A oscuras llegan a la habitación de él. Ella mira al otro lado del pasillo, a su dormitorio, donde la luz de la mesilla que dejó encendida ya no luce. Supone que él la apagó antes de dirigirse a buscarla.

Se meten en la cama, cada uno en un extremo, sin tocarse. Él de cara a ella, ella de espaldas a él. No puede cerrar los ojos, lo intenta una y otra vez pero siempre termina abriéndolos. Suspira pero no se mueve, no quiere despertarle.

-Debes intentarlo-su susurro le indica que no es la única que se mantiene despierta. Se gira, poniéndose de cara a él. La escasa luz le permite ver que tiene los ojos abiertos.

-¿Es mucho pedir que me abraces esta noche?-Quizás sea una pregunta demasiado íntima para la situación de ambos. No dice nada, simplemente se tumba boca arriba extendiendo un brazo para que ella se acurruque contra él. Ella se arrastra por la cama hasta llegar a su lado, pone la cabeza en su hombro mientras los brazos de él se estrechan sobre su cuerpo.-Gracias...

-Siempre que quieras-murmura dejando un beso sobre su cabeza. Ella por fin cierra los ojos, sabiendo que sus palabras son sinceras. 

jueves, 17 de marzo de 2016

San Patricio

Feliz día de San Patricio!!!

Dios, que ganas me están dando de coger un avión y presentarme allí. Hoy es el día grande aunque me tendré que conformar con irme a alguna Irish tavern de aquí. Sólo espero que estén a la altura.

Al final la perderás

No sé que siento más si impotencia, tristeza o rabia.
La escucho hablar, se desahoga conmigo y me jode verla así. Estoy harta de ese tipo. ¿Acaso no valora lo que tiene? ¿A qué cuxo está jugando?
Si, es posible que ella sea complicada algunas veces, ¿quién no lo es? Pero es muy fácil quererla y aún más hacerla feliz.
Hay cosas que nunca cambian y por lo visto, él es una de ellas.

martes, 8 de marzo de 2016

Conversaciones

-….

Siento sus ojos sobre mi rostro y me giro a mirarlo. Creo que me ha preguntado algo pero no estoy segura, la verdad es que no le estaba escuchando sino que estaba sumida en mis pensamientos, tan desconectada de todo que ni me había dado cuenta de que me había dicho algo hasta que se ríe.

-Perdona, ¿qué?-pregunto aturdida volviendo a la realidad. Su risa se hace más fuerte y siento que los colores me suben a las mejillas.

-¿Dónde estabas?-pregunta entre risas, lo que hace que mi vergüenza aumente. Niego con la cabeza y le doy una rápida calada a mi cigarro. Me mira con desaprobación, sé que no le gusta que fume pero es un hábito difícil de eliminar-Te preguntaba que qué tal se vive con Juanjo.

Se me cae el cigarro de entre los dedos y lo miro estupefacta-¿Cómo cuxo sabes eso?

Una sonrisa socarrona asoma a sus labios y menea la cabeza. De pronto es como si mi mente empezara a funcionar a toda velocidad. Sé que yo no se lo he dicho y doy por supuesto que él tampoco, sus amigos ni siquiera saben cómo me llamo y con mis padres no creo que haya hablado. 
En seguida caigo en cómo se ha enterado y frunzo el ceño-¿Lo has vuelto a hacer verdad? Has estado leyéndome.

Sé que mi tono es furioso pero en realidad no porque me lea sino porque es mi espacio personal, un sitio donde desahogarme sin pensar y me asusta el hecho de que alguien más lo sepa. Por sus ojos sé que es así, es que ni me contesta!

Recojo el cigarro y lo aplasto contra el cenicero con una mano mientras con la otra sujeto el vaso de café. Tras darle un trago, lo dejo sobre la mesa e inspiro profundamente para calmarme. Él me mira sin decirme nada, esperando que se me pase el cabreo. Me conoce demasiado bien.

Cuando le vuelvo a mirar, se encoge de hombros-Era la única forma de saber de ti.

Me muerdo el labio inferior con fuerza, sé que tiene razón pero sigue sin gustarme-¿Alguien más lo sabe?.

Niega con la cabeza y suspiro aliviada. Vale, si, no me hace ni pizca de gracia pero al menos no es algo que sepa todo el mundo.

-¿Y bien?-vuelve a preguntar mientras espera una contestación por mi parte.

-Es raro-mascullo cogiendo otro cigarro.

-No te rayes-suelta y sé perfectamente a qué se refiere-Debió ser toda una escena-ríe y siento como vuelvo a ponerme colorada al recordarlo-Seguramente fue sólo un lapsus.

-Ya…-Me revuelvo incómoda en el asiento. ¿Se puede saber por qué estoy teniendo ésta conversación con él? Encima se está descojonando de mí en mi cara.-¿Te parece bien?-la pregunta sale sola.

Asiente con la cabeza y me aprieta la mano que tengo sobre la mesa-Pero ten cuidado, ¿vale?


Le miro extrañada. Siempre tengo cuidado. Bueno, no siempre pero de unos años aquí soy bastante más cuidadosa de lo que era.

domingo, 6 de marzo de 2016

06/03/2016

Ayer me pasó una cosa muy rara. Para los que no me conozcan les parecerá una banalidad pero para los que sí, saben que no me gusta mi nombre. Soy simplemente Sam, sin más. Sin embargo me llamó la atención. En fin, me estoy yendo por las ramas, a lo que iba...

Tengo una pequeña manía, bueno tengo muchas ésta es sólo otra más. Siempre, siempre que me ducho a continuación me entra mucha sed. Es como si mi cuerpo absorbiera el agua y reclamase más, por lo que, aprovechando que estaba sola en casa, tras la ducha me fui a la cocina a coger una botella de agua.

Mientras estaba abriendo el frigorífico oí abrirse la puerta, lo que significaba que JJ acababa de llegar. No es que me hiciera mucha gracia encontrarme con él de esa guisa, recién duchada, en toalla, con el pelo empapado y descalza pero bueno. Esperé a que se fuera a su cuarto y en cuanto tuve la sensación de que así era fui corriendo al mío. Para llegar a las habitaciones hay que pasar por el salón y a cuadros me quedé al encontrarme allí a JJ. Esto no hubiera sido tan malo si no hubiera ido acompañado de otras dos personas.

Mi cara, un poema, la suya lo mismo y la de los otros dos chicos ni os cuento. Pedí disculpas y me fui corriendo a mi habitación muerta de vergüenza. Si de por si esto ya era embarazoso, escuchar como se metían con JJ los otros me hizo sentirme aún peor. Sin embargo fue su respuesta lo que me desconcertó.

-Esa es Carol, mi compañera de piso.

¿Carol? ¿En serio? Nadie me llama así, bueno sólo mi madre. Es más, siempre que me presentan a alguien lo hacen como Sam. ¿Desde cuándo soy Carol? En fin, me he rayado. Llevo desde ayer dando vueltas inquieta, no tuve ocasión de preguntarle el porqué se había referido a mi con ese nombre y empiezo a plantearme que quizás no haya sido tan buena idea.

No sé ya qué pensar, en fin espero poder preguntarle cuando le vea porque me estoy haciendo unas pajas mentales que flipas y no puede ser.

viernes, 4 de marzo de 2016

04/03/2016

Buenos, pues ya es oficial. Me he vuelto a mudar, ésta vez de casa de mis padres a casa de un amigo. Lógicamente, todavía no la siento como propia, para eso aún debe pasar algún tiempo pero todas mis cosas están ya organizadas.

Como bien le comentaba a alguien el otro día, ha sido una mudanza rápida. No tengo muchas cosas propias, por lo que cambiar de vida me resulta muy fácil.

Se me hace extraño disponer de tanto espacio y libertad. Si bien es cierto que en Irlanda hacía lo que se me antojaba, el tema del espacio era bastante confuso pues aquello parecía una colmena.

Las noches son lo más extraño, pues aunque de día dispongo de toda la casa para mi, a partir de las 7 de la tarde me siento cohibida con la presencia de mi compañero de piso. No debería pues le conozco desde hace años pero no olvido que es su casa y que debo comportarme cuando está él.
a ver, tampoco es que haga locuras cuando no está, simplemente es que no me he acostumbrado a cenar con él todas las noches y hacer vida diurna.

En fin, sólo espero no haberme equivocado esta vez que ya he perdido la cuenta de cuántas veces he tomado una mala decisión en mi vida.

miércoles, 2 de marzo de 2016

Volviendo a casa (Segunda parte)

Mientras la afilada lanceta trazaba cortes por la espalda de ella, el otro ser no dejaba de preguntarse cómo era posible que su anterior creación hubiera sido borrada del lienzo.

Los gritos y gemidos ahogados de ella se mezclaban con el olor a óxido y sal de su sangre. La tenue luz de las velas trazaban sombras a lo largo de la estancia, pudiendo hacer creer a cualquier otra persona que observara la escena que los dos seres que se encontraban sobre el trono estaba siendo observados por miles de demonios tan sádicos y crueles como lo eran ellos mismos.

-Querida…-un suspiro en tono de interrogación fue todo lo que recibió en respuesta-¿Qué ocurrió con tus anteriores alas?-su pregunta no escondía ninguna maldad, sólo destilaba preocupación y quizás algo de curiosidad.

Los ojos de ella se abrieron reflejando un gesto de dolor que nada tenía que ver con el hecho de que su espalda estuviera siendo mutilada. Volvió a cerrar los párpados esperando que él no se hubiera dado cuenta.

-No tienes que contármelo si no quieres-su voz, por lo general oscura, se había vuelto tierna.

Ella negó con la cabeza y esperó a que él terminara de dibujar una pequeña pluma en su espalda antes de hablar.

-Me quemé-susurró como toda respuesta. El silencio se hizo mientras, pacientemente, él esperaba que ella añadiera algo más-Tus alas me dieron el valor y la fuerza para volver a volar, para escapar de todo y de todos. Volé libre cual pájaro hasta que me acerqué demasiado al sol. Quizás…-se mordió los labios con fuerza hasta hacerse sangre, reprimiendo el dolor que sentía al recordar-No debí haberme acercado pero ya sabes cómo es. Somos seres oscuros, venimos de la noche, la luz no está hecha para nosotros y sin embargo nos atrae.

Se quedó pensativa mientras su hermano rodeaba su cintura pasando sus largos dedos por su costado.

-¿Te han hecho daño?-su voz se había convertido en un rugido y ella se echó a reír.

-¿Daño? ¿A mi?-su risa sonaba extraña, como campanillas rotas chocando unas contra otras-No… sólo fue una ilusión.

Ella se giró, quedando acurrucada en el regazo de su hermano. Alzó el brazo izquierdo y le mostró las cicatrices que el fuego y la lanceta habían hecho en su piel años atrás.

-¿Recuerdas? Todo saldrá bien, semper fi…-su susurro resonó en la estancia como una brisa gélida.

-Ahora que has vuelto a casa estarás bien-la sonrisa en su rostro dejó ver dos colmillos afilados. Ella se los quedó mirando y una extraña mueca, mezcla de diversión y lascivia, transformó su rostro. Ladeó la cabeza, dejando que sus oscuros cabellos cayeran en cascada sobre su hombro izquierdo, y expuso el lado derecho de su cuello a aquellos labios hambrientos y deseosos de sangre.

-Dame vida…-murmuró mirándole con los ojos entrecerrados antes de que su cuerpo quedara envuelto por un manto ácrata y el dolor de unos colmillos afilados rasgaran la piel de su garganta.


Continuará…

martes, 1 de marzo de 2016

01/03/2016

Porque si, porque las cosas cambian porque nada vuelve a ser lo mismo. Te rompes, te recompones, te adaptas y sigues adelante.

¿Qué no me quieres? Pues nada, tú te lo pierdes. Que si, que hemos tenido nuestros momentos de sexo y lujuria pero ya. No soy tu juguete, no puedes tenerme cuando quieras, ya no. Valgo mucho más que eso aunque hubo una época en que lo olvidé, pero sigo adelante.

Me cansé de hacer maletas, de ir de un lado para otro. Ya no quiero seguir huyendo, ni quiero seguir escondiéndome del mundo. Estoy aquí y lo digo con voz alta y clara: ME QUEDO.

Sí, es posible que haya tardado en darme cuenta pero tengo luz propia. Puede que no sea más que una pequeña cerilla pero la voy a proteger hasta que vuelva a ser una hoguera que queme toda la oscuridad que tengo dentro de mí.

Me sorprende la gente que se ha dado cuenta del cambio, porque la hay. La misma persona que me dijo que era oscura me preguntó qué me había pasado para volver a ver esa luz en mis ojos. No son grandes cambios, sino sutiles pero las personas que te aprecian de verdad son las que notan enseguida cómo te encuentras.


Así que voy a aceptar su ofrecimiento. No será fácil, pero nada en la vida lo es. 

El mundo sigue girando


Normalmente no lo planeas simplemente pasa. Tu mundo cambia y de repente sientes que has quemado otra etapa. Pierdes a alguien, porque se fue, porque te echó o porque lo echaste. Cuesta adaptarte, parte de ti quiere vivir como antes, no sabes cómo vas a hacer para seguir adelante.

Nadie puede enseñarte a vivir los momentos frustrantes. A ratos crees estar seguro de que vas a ahogarte. Se han llevado la orilla a otra parte, nadar no parece siquiera importante. 

Los consejos suenan vacíos e significantes. Tu mundo es tuyo, a ti no puede entenderte nadie. 

El dolor poco a poco se convierte en tristeza y es incluso peor porque afecta el motor y no deja que arranques las ganas en tu cabeza. 

Dos opciones ahora se presentan: ¿te dejas llevar o te frenas? 

Te puedes hundir en la pena o puedes luchar contra ella. 

Acepta la ayuda de fuera, pero no olvides que es tu problema, tú debes ser el que lo enfrenta, tú debes ser quien lo resuelva.

Hay una salida que espera por cada laberinto en el que te metas, y eres uno mientras la buscas, y pasas a ser otro cuando la encuentras. Nunca es la misma persona aquella que sale que aquella que entra. 

Cada experiencia te esculpe y esculpir es quitar lo que sobra a la fuerza. No busques finales de cuentos, los cambios ocurren y no hay moralejas. Si hay una cosa que sea cierta es que ninguna amargura es eterna. 

De las cenizas del fuego que consumió a aquel hombre que yo era resurjo con fuerza. No es una pose, no lo hago para que me crean, es una certeza. 

No existe ese golpe que pueda dejarme tirado en la arena, no hasta que me muera, ya no, no hasta que sepa que cumplí mis metas. 

¡Soy yo! Aquello que queda y no los recuerdos que la vida arranca y se lleva. 
Hoy sé que añoro montones de cosas y sé que nunca volveré a tenerlas. 

El mundo sigue girando. 

Y soy un golpe más sabio, un golpe más realista, un golpe más preparado. 

El miedo es de sensatos, pero rendirse a él es de mediocres, 
Podré tener muchos fallos, pero no seré de los que se esconden. 
Vivir es la asignatura que estudias año tras año, y no hay vacaciones, solo lecciones mi hermano, se aprende de los errores. 

Tampoco es que sea complicado, es cuestión de tiempo que te equivoques, Pero si he aprendido algo es que todo depende de como lo enfoques. 

Confieso que he dudado, me hundí y desde ahí abajo daba la sensación de que, no valía la pena intentarlo, pero… VUELVO! 

Renovado como el ave que nace del fuego, lleno de nuevos proyectos, quiero intentarlo de nuevo.   Hoy prometo poner todo mi esfuerzo en hacerlo siempre de acuerdo con lo que siento en cada momento. Contradictorio y complicado, así soy yo, con mis virtudes y pecados, pero yo. No hay una norma superior a la que dice que yo debo de mostrar valor y ánimo. 

Frente a los planes que no salen y la decepción, seré un ejemplo de completa determinación. 
Seré el corcho en la tormenta, aunque llueva, mi cabeza siempre atenta y siempre fuera. 
Nadie podrá ser capaz de hacer que no me crea que tengo fuerza para hacer y pasar lo que sea. 

Aquí despido a los demonios del tipo que era y me quito la mochila que tenía llena de piedras. 
Un nuevo yo despierta, un nuevo yo mejor de lo que era. 

He dejado que las cosas sucedieran pero vuelvo a ser yo el tipo que retoma el control de sus riendas. Un nuevo enfoque, una nueva era, nueva promesa de enfrentar lo que quiera que venga. Le digo adiós a la tristeza; gracias por la compañía pero debemos dejarlo princesa. 

Hoy se que la limitación estaba en mi cabeza, que la energía existía aunque no la viera… Tenía derecho a descansar en mi ratito de pena, pero ya no, pero ya pasó, ya pasó.
Cuando se muda lo de afuera, esto es lo que queda: ENERGÍA!

El Chojin

lunes, 29 de febrero de 2016

Toma hostia

Me acabo de llevar una hostia muy grande, pero de esas que no te la esperas y te dejan dando vueltas y rompen todos tus esquemas.

Aún tengo los ojos desencajados, es una de esas hostias que te devuelven a la puta realidad. Lo he asimilado en unos minutos, no he tardado en hacerlo y cuando lo he hecho no se me han llenado los ojos de lágrimas como creí que podría pasar si alguien volvía a hacerme tanto daño. Porque si, me ha dolido, pero tengo la capacidad de reponerme y seguir adelante.


Creo que debo darte las gracias, aunque suene raro. Me has hostiado, si, pero me has sacado del sopor en el que llevaba todos estos años metida. Mi misión se ha cumplido. Lo he logrado, ahora ya puedo pasar página.

Volviendo a casa

Cruzar el umbral de aquella mansión le hacía sentir extraña. Había estado allí muchas veces y sabía bien lo que se escondía detrás de cada puerta mientras recorría el oscuro y sinuoso pasillo.

Inspiró profundamente antes de abrir las enormes puertas del fondo. Estaba nerviosa ¿y si no era bien recibida? Había pasado demasiado tiempo desde la última vez…

Tras unos segundos de vacilación tomó el pomo con mano temblorosa y lo giró. Al entrar en aquella estancia de cuyas paredes pendían oscuros cortinajes se echó a temblar, más por sentirse rechazada que por el “horror” que aguardaba en su interior. Pero cuando entró y sus ojos se habituaron a la oscuridad sonrió para sí. Nada había cambiado y al fondo de la sala pudo observar un trono gastado de madera cubierto de telas rojas para que no pudieran distinguirse las manchas que en ellas habían.

-Has vuelto-dijo una voz oscura y profunda como la noche, sobresaltándola. Ella miró hacía donde procedía la voz y asintió, sólo una vez.

-Nunca me fui-contestó ella.

De pronto un halo de oscuridad más intensa que la anterior se cernió sobre ella y el frío que sentía en su interior quedó cubierto con unas alas gigantes llenas de plumas negras y rojas. Se cobijó en ellas, dejándose llevar y sintiendo el calor y la suavidad que la envolvía.

-Te he traído algo-musitó con voz queda-Quizás así puedas perdonarme por no haber regresado antes.

-Ah, ¿sí?-la voz se tornó curiosa y ella pudo adivinar una sonrisa ladina en el rostro de su interlocutor-Eso puede esperar, me alegra que estés de vuelta.

Esas palabras la hicieron sonreír. Lo había extrañado, a él y a los macabros juegos que se traían entre manos.

-¿Podemos jugar?-preguntaron al unísono. Se echaron a reír. Si, las cosas no habían cambiado.

Con un movimiento de su mano, despidió al resto de personas que había en la sala. En cuanto salieron se volvió hace ella-¿Cómo están Salem y Diablo Canyon?

-Ahora lo ves-contestó ella riéndose mientras dejaba caer la oscura capa que llevaba consigo. Se dio media vuelta y la luz de las titilantes velas que daban luz a la estancia hicieron brillar las complejas cicatrices que cubrían su cuerpo.

Se sintió observada pero no incómoda. Sabía que le gustaba lo que veía, no por su cuerpo sino por la obra de arte que él había realizado durante muchas sesiones años atrás.

-¿Has pensado lo que quieres?-su voz se había tornado más oscura, dando a entender que se encontraba extasiado y quizás también asombrado de que ella estuviera allí de pie ante él sin inmutarse.

-La espalda-dijo ella acercándose al trono donde él ya se había sentado. Él la miró en silencio pues sabía que su espalda era lo que más preciaba de si misma.-Quiero que me vuelvas a dar alas…

Su susurro apenas si se escuchó en la sala ahora vacía a excepción de ambos seres pero ella sabía que lo había oído. Se acercó aún más intentando vislumbrar alguna luz en esos pozos oscuros que tenía por ojos.

De pronto su mano se movió y un objeto acerado brilló en ella. Tuvo que morderse los labios para no sonreír. Ambos querían lo mismo pero por diferentes razones.

Estaban lo bastante cerca como para sentir la electrizante tensión que se palpaba entre ambos. Con un gesto, le ordenó que se sentara sobre él y ella obedeció sin dejar de mirarle a los ojos.

Sentada a horcajadas sobre sus piernas sintió el frío acero recorrer de forma sensual su cuello. Un escalofrío le recorrió la espalda y un suave gemido escapó de sus labios haciendo que sus ojos se entrecerrasen.

Gírate-volvió a ordenar haciendo que ella le obedeciera sin rechistar. Tan pronto se volvió, sintió el estilete cortando su piel a la altura del omóplato derecho. Ahogó un grito mientras una única gota de sangre, caliente y viscosa, brotó del corte, recorriendo su espalda para ser acto seguido, absorbida por una lengua húmeda y cálida.

-Delicioso-susurró el cazador envolviendo la cintura de su presa con su brazo y atrayéndola hacia sí-Juguemos…


Continuará…

29/02/2016

Creo que nunca me he sentido más vacía que la otra noche.
Sus palabras resuenan en mi mente y no soy capaz de asimilarlas.
¿Por qué eres tan oscura? Cuando te conocí tenías más luz, darlo todo ha hecho que perdieras esa alegría que tenías...
Quizás tenga razón pero no recuerdo haber tenido nunca esa luz que me dice, ese optimismo, esa alegría.
Es por eso que he leído en las últimas 48 horas lo que escribí hace años. En parte debo darle la razón, he perdido esa fuerza que transmitía al escribir y siento que mi vida no es más que una broma absurda.
Por eso he decidido volver a escribir, quizás así consiga recuperar parte de esa fuerza aunque ésta entrada no la tenga...

domingo, 28 de febrero de 2016

28/02/2016

¿Le has llamado verdad? Por eso me has pedido mi móvil. ¿Qué te ha dicho?
Putas preguntas. Si, lo he hecho y no, no me ha dicho nada.
Puede que haya sido lo mejor.
El porque es muy sencillo. Necesito saber que está bien para poder pasar página. Soy consciente que no pinto nada en su vida pero él sigue muy presente en la mía. Dicen que la esperanza es lo último que se pierde y supongo que yo sigo esperando algo aunque no sé muy bien el qué.

miércoles, 24 de febrero de 2016

24/02/2016

Hoy hace frío. Acabo de fumarme un cigarro apoyada en el balcón. No me gusta fumar dentro de la casa, el humo se acumula y me trae recuerdos, quizás demasiados.

Miro la maleta que está sobre la cama, sin deshacer. Hace un par de horas que he llegado. Ha sido una semana intensa, he dejado que mis emociones vaguen libres sin controlarlas. Me he pasado los últimos días firmando papeles, resolviendo dudas y dejándolo todo atado.

También han sido los únicos días que he conseguido dormir desde que volví. Bueno, en realidad eso no es del todo exacto, conseguí dormir los dos días que me quedé en casa de JJ pero me parece que ha pasado un siglo desde entonces. Es absurdo, lo sé, pero llevo mucho tiempo sin conseguir dormir bien si no es acompañada de alguna forma. Las pesadillas regresan a mi mente una y otra vez, me despierto con gritos mudos y ya no puedo volver a pegar ojo.

No he mirado mi correo desde la última vez que le escribí. Tengo que dejar de hacerlo, no es justo para ninguno de los dos. Mi mente vaga de un recuerdo a otro y repito una y otra vez lo último que me dijo Alain antes de que me marchara esta mañana. Quizás tenga razón pero yo no me veo de la misma forma que me ve él. Antes de todo si lo era pero han pasado muchos años y muchas cosas desde que fui esa persona.

No quiero darle vueltas pero mi mente no para de machacarme. Una y otra vez se reproducen los recuerdos del hospital, tanto dolor, tanto esfuerzo para que la final no estuviera vivo. La marcha de su padre, la humillación al saber que nunca podría volver a pasar por lo mismo, que nunca sería completa. Los recuerdos me atormentan pero fui capaz de superarlo, más o menos.

Me doy cuenta que voy de embolao en embolao. No soy capaz de dar un orden y sentido a mi vida, siempre termino metida en algún lío pero esto tiene que acabar ya. Es hora de deshacer la maleta, de volver a ponerme metas en mi vida, de tomar las riendas pero no sé si voy a lograrlo aunque al menos lo intentaré.


Sé que me basto por mí misma, las pesadillas algún día terminarán y seré capaz de volver a dormir sola… o eso espero.

viernes, 12 de febrero de 2016

Pura y dura realidad

Con el paso de los años te vas dando cuenta que todo aquello que creías conocer ya no es lo que era. 

Me he pasado los dos últimos años desconectada de todo y de todos, viviendo por y para el trabajo, negando sentimientos y desquitándome de lo que consideraba que debía desquitarme. Han sido tiempos desenfrenados, de abusos, de autodestrucción y de autodescubrimiento.

Esta, quizás sea la entrada más sincera, personal y desnuda que haga jamás.

No es el momento apropiado, no debes hacerlo, no sabes que va a pasar. Todas esas frases me las repito desde hace años y ya me he cansado porque nunca es el momento, porque siempre se teme el qué dirán y porque si no te arriesgas nunca va a pasar nada.

No sé cuál es tu situación. Hemos retomado el contacto hace poco aunque en verdad nunca lo perdimos del todo pues siempre aparecíamos alguno de los dos por sorpresa en la bandeja del otro. Nos hemos acompañado el uno al otro desde hace años, siempre juntos pero siempre separados. La vida nunca se ha dignado a ponernos en el mismo sitio a la vez.

Nos conocimos en extrañas circunstancias, en el peor de los momentos. Si hubiera sido antes las cosas habrían sido muy distintas, pero nuestra extraña amistad se ha forjado precisamente en esos malos momentos que ambos hemos pasado.

Fue cabezonería mía, el no creerte y el negarme a mí misma que te quería. Que te habías colado bajo mi piel, metiéndote en mi mente y en mi alma. Reconstruiste pedazo a pedazo mi corazón, sin importarte las noches que me pasé sin ser persona. Tú siempre tenías una palabra amable, un gesto dulce, un no sé qué que me hacía sonreír, incluso estallar en carcajadas, aunque no me viera con fuerzas para ello.

Puede que para los demás sólo fueras un chico duro y problemático, un liante, un rompecorazones, pero para mí fuiste mi refugio, mi casa, el único sitio donde era feliz. Sólo que no quería estropearlo con algo más. Si, fui una cobarde.

Me refugié en una relación que no me exigiera nada, sólo mi compañía cuando yo quisiera, sólo sexo sin compromiso de un “te amo”… Lo reconozco, fui egoísta y mezquina pero también fui sincera con dicha persona y lo aceptó, al menos en principio. ¿Le quería? Sí, pero más como a un amigo que como a otra cosa porque mientras estaba con él, tu seguías entrando cada noche en mi cabeza. No era justo.

Él tenía razón, siempre la tuvo, al igual que tú la tenías. Me había enamorado de ti y aun así lo seguía negando. Quizás por miedo, quizás por.. por qué se yo. Porque lo veía imposible, porque no estaba preparada para darte todo lo que tú te merecías, porque no era el momento, porque no debía hacerlo, porque no sabía que podía pasar.

Siempre me has dicho que me querías, pero existen muchas formas de querer, yo misma lo he demostrado. Estaba hecha un lio. No era aún la persona que debía ser. Tú te merecías más y no sólo tener que reconstruirme. Por eso le dejé, por eso me marché.

Me marché pero continué siendo egoísta. Necesitaba saber que me querías, que seguía siendo alguien importante para ti, que podía recurrir a ti siempre que lo necesitara. Ah! Qué inconsciente era! Fue entonces cuando me lo admití. Eras mi primer y último pensamiento del día, llevabas años siéndolo. Estaba enamorada de ti pero ya era tarde, había tomado una decisión y un camino que debía seguir, tenía que dejarte marchar. Y lo hice.

Me metí de lleno en el trabajo, día y noche, sin parar. Dejé de escribir, dejé de mirar mi e-mail. Tenías que olvidarte de mí, tenías que hacer tu vida.

En ocasiones miraba el email, a veces tenía algo tuyo. Tus “te extraño” me rompían por dentro ¿qué había hecho? Yo también te extrañaba pero no era lo suficientemente buena para ti y quizás nunca lo fuera.

Comencé a autodestruirme: alcohol, drogas, sexo… Relaciones y actos sin sentido, carentes de magia, carentes de responsabilidades, carentes de emociones pero, por desgracia, con sus consecuencias. Me revolqué en la autocompasión hasta que un día me dije basta y decidí retomar las riendas de mi vida.

Me ha costado volver a ser yo. En realidad, no es cierto, no soy yo, soy un yo distinto con mis miedos y mis debilidades, más madura en algunos aspectos, pero al menos si me miro al espejo puedo reconocer algunos rasgos de lo que fui y empiezo a apreciar lo que soy aunque es un esfuerzo titánico el que debo hacer cada día.

He vuelto a hablarte, a escribirte. Pensé que las cosas podían ser como antes, pero al igual que yo, tú también has cambiado. Me gusta el hombre en el que te has convertido.

Seguramente no leas esto, es más, no sé si quiero que lo leas. Quizás algún día sea capaz de decírtelo en persona.

¿Y mientras? Mientras la vida dirá, quizás en alguna de tantas vueltas se digne a ponernos en el mismo instante juntos.

miércoles, 10 de febrero de 2016

Antes de que cuente diez

Puedo escribir y no disimular
es la ventaja de irse haciendo viejo
no tengo nada para impresionar
ni por fuera ni por dentro.

La noche en vela va cruzando el mar
porque los sueños viajan con el viento
y en mi ventana sopla en el cristal
mira a ver si estoy despierto.

Me perdí en un cruce de palabras
me anotaron mal la dirección
ya grabé mi nombre en una bala
ya probé la carne de cañón
ya lo tengo todo controlado
y alguien dijo no, no, no, no, no
que ahora viene el viento de otro lado
déjame el timón
y alguien dijo no, no, no

Lo que no llegará al final
serán mis pasos, no el camino.
No ves que siempre vas detrás
cuando persigues al destino.
Siempre es la mano y no el puñal
nunca es lo que pudo haber sido
no es porque digas la verdad
es porque nunca me has mentido.

No voy a sentirme mal
si algo no me sale bien
he aprendido a derrapar
y a chocar con la pared
que la vida se nos va
como el humo de ese tren
como un beso en un portal
antes de que cuente diez.

Y no volveré a sentirme extraño
aunque no me llegue a conocer
y no volveré a quererte tanto
y no volveré a dejarte de querer
dejé de volar me hundí en el barro
y entre tanto barro me encontré
algo de calor sin tus abrazos
ahora sé que nunca volveré.

Fito y los fitipaldis

viernes, 5 de febrero de 2016

La luz se refleja en los cristales. Me ciega, pero aun así sigo girando la cara para que los rayos del sol me den de lleno. Cierro los ojos y respiro profundamente. Es una sensación agradable.

He regresado. Mi tiempo allí ha pasado como un suspiro. Algunas cosas han cambiado, otras no.

Mi mente, mis pensamientos, siguen siendo caóticos pero he aprendido a valorarlos.

La gente me sigue sorprendiendo aunque ya no me lo tomo de la misma forma. Dependiendo de quién me sorprenda me resulta agradable o indiferente, incluso a veces me hacen reír.

Sigo escribiendo para mí. Solo existen dos personas, aparte de mí, capaces de entender con claridad lo que digo en cada escrito. El resto sólo pueden interpretarlo y, seguramente, lo interpretarán mal.

Lo ocurrido estos dos años se queda en un cajón. Ahora toca una nueva etapa. Es hora de volver.

jueves, 4 de febrero de 2016

Lo intenté.
Lo intenté, e incluso, llegué a conseguirlo.
Fui rápida. Fui fuerte.
Sobreviví.
Como el ave fénix que renace de sus cenizas, me reinventé.
Salí.
Grité.
Corrí.
Volé.
Y me acerque al sol…
Fue entonces cuando me quemé, como Ícaro, y caí…
Reconocí, tras mucho tiempo, que te quería.
Te lo dije y me alivió.
Y ahora regreso, siempre regreso.
Como una oscura golondrina

En tu balcón, mi nido a colgar…

miércoles, 20 de enero de 2016

Por mucho tiempo que pase hay personas que no se pueden olvidar...