miércoles, 24 de febrero de 2016

24/02/2016

Hoy hace frío. Acabo de fumarme un cigarro apoyada en el balcón. No me gusta fumar dentro de la casa, el humo se acumula y me trae recuerdos, quizás demasiados.

Miro la maleta que está sobre la cama, sin deshacer. Hace un par de horas que he llegado. Ha sido una semana intensa, he dejado que mis emociones vaguen libres sin controlarlas. Me he pasado los últimos días firmando papeles, resolviendo dudas y dejándolo todo atado.

También han sido los únicos días que he conseguido dormir desde que volví. Bueno, en realidad eso no es del todo exacto, conseguí dormir los dos días que me quedé en casa de JJ pero me parece que ha pasado un siglo desde entonces. Es absurdo, lo sé, pero llevo mucho tiempo sin conseguir dormir bien si no es acompañada de alguna forma. Las pesadillas regresan a mi mente una y otra vez, me despierto con gritos mudos y ya no puedo volver a pegar ojo.

No he mirado mi correo desde la última vez que le escribí. Tengo que dejar de hacerlo, no es justo para ninguno de los dos. Mi mente vaga de un recuerdo a otro y repito una y otra vez lo último que me dijo Alain antes de que me marchara esta mañana. Quizás tenga razón pero yo no me veo de la misma forma que me ve él. Antes de todo si lo era pero han pasado muchos años y muchas cosas desde que fui esa persona.

No quiero darle vueltas pero mi mente no para de machacarme. Una y otra vez se reproducen los recuerdos del hospital, tanto dolor, tanto esfuerzo para que la final no estuviera vivo. La marcha de su padre, la humillación al saber que nunca podría volver a pasar por lo mismo, que nunca sería completa. Los recuerdos me atormentan pero fui capaz de superarlo, más o menos.

Me doy cuenta que voy de embolao en embolao. No soy capaz de dar un orden y sentido a mi vida, siempre termino metida en algún lío pero esto tiene que acabar ya. Es hora de deshacer la maleta, de volver a ponerme metas en mi vida, de tomar las riendas pero no sé si voy a lograrlo aunque al menos lo intentaré.


Sé que me basto por mí misma, las pesadillas algún día terminarán y seré capaz de volver a dormir sola… o eso espero.

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