sábado, 18 de junio de 2011

Solo hay una forma de no volver a caer

Salió al balcón y se sentó en la barandilla de piedra, apoyando la espalda en la pared, recogiendo las piernas contra su pecho y rodeándolas con los brazos mientras sostenia entre sus dedos índice y pulgar un cigarro casero "ligeramente" aderezado, de esos que hacia tiempo habia dejado guardados en un cajón...

Alzó la mirada al cielo, tratando de aclarar su mente y sus pensamientos, de comprender porque despues de tanta insistencia, de tantos meses pidiendo su atención, su cariño y su amor, ahora que lo tenia lo despreciaba, dejandolo relegado a un rincon como si de cualquier cosa se tratara.

Inspiró profundamente, deshizo el abrazo entorno a sus piernas y se encendió ese cigarro casero, dándole una honda calada. Se habia negado desde el principio porque sabia que iba a ser un fracaso total ademas que psicologicamente ni estaba preparada ni podia hacerle eso a ella. Pero como suele pasar, de tanto insistir se terminaba cediendo y eso era lo que ahora pensaba.


Cuando le dijo que la amaba y desde cuando, ella se sorprendió pero trató que eso no influyera en nada, que las cosas siguieran igual, como siempre y funcionó al menos durante un cierto tiempo. Pensaba en todos esos te quiero, en esos te amo que ella era incapaz de corresponder y por los que se sentia culpable, pensaba en el día que finalmente cedió y se arriesgó aún sabiendo que las cosas terminarian cambiando pero deseando en el fondo que eso jamás ocurriera, que todo fuera como siempre pero con ese algo más que hasta el momento habia estado en el aire...

Ahora, la vida le habia dado la vuelta, le habia cruzado la cara e, ironicamente, con la misma persona. Pero habia muchas cosas que no comprendia, el por que, los cambios, las vueltas, aunque lo que más le dolia era la falsedad, la sensacion de haber sido utilizada y se sentía estúpida por haber vuelto a caer en lo que dijo que nunca caeria de nuevo.

Sólo habia una manera de no caer de nuevo... colocada, se incorporó lentamente sobre la barandilla de piedra. Cerró los ojos un momento tratando de centrarse, dejó caer al suelo del balcón lo que quedaba de su cigarro y avanzó los pocos pasos que la separaban de no volver a caer: cayendo...

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