en el silencio del bosque oscuro
mientras los árboles murmuran
las viejas historias del mundo.
Las montañas, bajo la luna,
se sumen en reflexión profunda
y entre sus riscos abruptos
el agua de las fuentes murmuran.
En la hierba se ha echado
la bella buscando reposo.
La noche cubre con sombras
de frescor su cuerpo amado.
El dolor de la locura
acallada por el bosque
lo cantan los ruiseñores
durante toda la noche.
Las estrellas nacen y mueren.
Viento, ¿acurdirás mañana,
a ahuyentar las sombras
de la criatura ensoñada?
Joseph von Eicherdoff
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